La accesibilidad web ya no es solo una cuestión de contraste de color o navegación por teclado. En 2025, el enfoque se ha ampliado hacia un aspecto muchas veces ignorado: la accesibilidad cognitiva, es decir, el diseño de contenidos y experiencias que sean comprensibles y usables para personas con diferentes niveles de habilidad cognitiva y de comprensión.
Esto incluye no solo a personas con discapacidades intelectuales, sino también a personas con dificultades del aprendizaje, trastornos del lenguaje, neurodivergencias como el TDAH o el autismo, e incluso a usuarios sin diagnósticos que enfrentan barreras cognitivas por idioma, estrés o fatiga.
Diseñar con accesibilidad cognitiva en mente ya no es opcional. Es una responsabilidad ética, una ventaja competitiva y una vía concreta para crear experiencias digitales verdaderamente inclusivas.
¿Qué es la accesibilidad cognitiva?
La accesibilidad cognitiva es el conjunto de prácticas y decisiones de diseño orientadas a que todas las personas puedan entender, usar y beneficiarse de una interfaz digital, sin importar sus capacidades cognitivas, nivel educativo o situación emocional.
A diferencia de otros aspectos de la accesibilidad, que se centran en funciones sensoriales o motrices, este tipo de accesibilidad se enfoca en:
- Comprensión del lenguaje y la información
- Facilidad para tomar decisiones
- Reducción de la carga cognitiva
- Claridad visual y estructural
- Anticipación de errores y confusión
En otras palabras, se trata de que el contenido digital no sea un acertijo, sino una herramienta clara, directa y humana.
¿Por qué es relevante en 2025?
Vivimos en una era de sobreinformación, interfaces complejas y tecnologías que evolucionan a un ritmo vertiginoso. Esto ha provocado que incluso personas sin dificultades cognitivas formales se enfrenten a desafíos para navegar sitios web, completar formularios o entender contenidos densos.
Además, la concienciación sobre la neurodivergencia ha crecido, lo que ha puesto en evidencia la necesidad de diseños más flexibles y comprensivos. Las plataformas digitales que no se adaptan a esta diversidad cognitiva corren el riesgo de excluir a una porción significativa de la población.
En 2025, los estándares de accesibilidad como las WCAG 2.2 ya incluyen recomendaciones relacionadas con la comprensión. Las empresas que las adoptan no solo cumplen con lo legal, sino que también mejoran la experiencia para todos sus usuarios.
Principios clave de la accesibilidad cognitiva
Para diseñar pensando en la comprensión de todos los usuarios, es esencial seguir algunos principios básicos:
Usa un lenguaje claro y directo
Evita jergas técnicas, frases ambiguas o estructuras gramaticales complejas. Prefiere frases cortas, en voz activa, con vocabulario cotidiano. Herramientas como el test de facilidad de lectura de Flesch pueden ayudarte a medir la complejidad del texto.
Presenta una idea por párrafo
Dividir la información en bloques simples facilita la comprensión. No mezcles ideas diferentes en el mismo párrafo y utiliza títulos y subtítulos descriptivos para guiar al lector.
Reduce la carga cognitiva
Simplifica las tareas que el usuario debe realizar. Esto incluye evitar procesos largos, minimizar la cantidad de campos en un formulario o eliminar pasos innecesarios. Un flujo simple y lógico es más fácil de seguir y menos propenso al abandono.
Usa iconografía y ayudas visuales
Los elementos visuales bien utilizados pueden reforzar el contenido y ayudar a quienes tienen dificultades con el texto. Sin embargo, deben ser claros, consistentes y tener alternativas accesibles (como etiquetas o descripciones).
Ofrece opciones de personalización
Permitir que el usuario ajuste el tamaño del texto, cambie el contraste o active un modo de lectura simplificada mejora la accesibilidad cognitiva. Estos ajustes permiten adaptar la experiencia a las necesidades individuales sin comprometer la funcionalidad.
Evita la sobreestimulación
Un sitio con demasiados elementos en movimiento, sonidos inesperados o interrupciones constantes puede ser una pesadilla para personas con TDAH o trastornos sensoriales. El diseño debe ser visualmente limpio, con un ritmo claro y predecible.
Buenas prácticas en contextos comunes
La accesibilidad cognitiva debe aplicarse en todos los puntos de contacto con el usuario. Algunos ejemplos:
Formularios
- Agrupa los campos de forma lógica
- Usa etiquetas claras y persistentes
- Ofrece ejemplos o pistas en campos complejos
- Valida los datos en tiempo real con mensajes simples
Navegación
- Usa menús consistentes y predecibles
- Limita la cantidad de opciones visibles al mismo tiempo
- Usa títulos de página que indiquen claramente el propósito
Contenido educativo o informativo
- Resume la información clave al principio
- Ofrece versiones alternativas (video, audio, lectura fácil)
- Utiliza listas y diagramas para organizar ideas
Call to Action (CTA)
- Sé concreto con lo que pasará al hacer clic
- No uses botones genéricos como “Más info” sin contexto
- Asegúrate de que el CTA destaque visualmente, pero sin sobresaturar
Herramientas y recursos en 2025
Actualmente existen múltiples recursos que ayudan a diseñar con accesibilidad cognitiva en mente:
- Easy Read Generator: herramienta que simplifica textos automáticamente
- Readable.com: para medir la dificultad de lectura en distintos idiomas
- WCAG Cognitive Checklist: lista específica de pautas relacionadas con lo cognitivo
- Microsoft Inclusive Design Toolkit: con guías centradas en la neurodiversidad
Muchas plataformas como WordPress, Figma o Webflow ya incluyen funciones nativas o plugins para evaluar la claridad y legibilidad de los contenidos.
Más allá del diseño: cultura y empatía
Diseñar para todos los niveles de comprensión no es solo una cuestión técnica. Implica cambiar la mentalidad del equipo, desarrollar empatía con los usuarios reales y asumir que la diversidad cognitiva es parte del mundo digital.
Esto significa probar las interfaces con personas de distintos perfiles, pedir retroalimentación y estar dispuestos a iterar no solo por estética, sino por comprensión.